Las relaciones públicas se remontan muchos años atrás. Desde que el ser humano habita en este mundo han existido acciones para hacerse notar en el ámbito político, religioso, filosófico, etc. Estos primeros hombres hicieron uso de la comunicación persuasiva para influenciar en las decisiones de sus receptores o para mejorar su aceptación personal, utilizando como medios las ceremonias, emblemas, escritos etc.
Su meta era la sobrevivencia y para ello debían crear una imagen que les permita dirigir al grupo y crear adeptos a quiénes liderar. Estos objetivos, tiene una actual cercanía con las relaciones públicas, pues las organizaciones no sólo buscan sobrevivir en el mercado, sino ser las líderes de éstos
A Estados Unidos se le conoce como la cuna de las relaciones publicas porque fue ahí donde se dieron las primeras prácticas. Uno de los pioneros es Samuel Adams, a quién se recuerda por su campaña de mentalización a las colonias durante la lucha contra el poder británico. Adams plasmó en folletos, panfletos, mítines, clubes sus ideas y utilizó símbolos fáciles de comprender.
Otra persona que aportó al fututo de las bases teóricas y técnicas de las RR.PP fue Amos Kendall, consejero personal del presidente Andrew Jackson. Kendall impulsó las ruedas de prensa, ayudando al afianzamiento de la democracia.
Arceo Vacas menciona como fecha importante para la disciplina, el año 1889. En esta época, la firma “Westinghouse” crea el primer departamento de relaciones públicas, que marca el nacimiento de la actividad en el mundo.
Otro aspecto relevante en los antecedentes de las RR.PP es la presencia de los “press agent” o agentes de prensa, quiénes de encargaban y se encargan de difundir la noticia. El pionero fue el empresario y director de circo Phileas Taylor Barnum, quién impulsara el anuncio periodístico referido al espectáculo.
Pero quien deja trazadas las mejores esencias de esta actividad por su vida profesional es Ivy Ledbetter Lee, quien por su filosofía y práctica de las relaciones públicas se convierte en el revolucionario de esta disciplina.
Ivy Lee, periodista del Wall Street, propone el manejo abierto de la información con el lema “el público debe ser informado” el cual en nuestros días ya es toda un teoría, que le público tiene el derecho de ser informado sin trabas.
El tiempo transcurría y las relaciones públicas se fueron expandiendo poco a poco, asociaciones de diversos tipos fueron tomando conciencia de las relaciones públicas. Fue el gobierno de Wilson que estalló la Primera Guerra Mundial y el régimen estadounidense se vio obligado a educar y movilizar al pueblo en favor del conflicto bélico. Es por ello que se creó “Comitte on Public Information”, con este comité las relaciones publicas dejaron demostrado que con un grupo humano adecuado, un presupuesto acorde a los objetivos y el tiempo suficiente para realizarlos no sólo se puede defender una causa sino que también se puede crear una opinión.
Otro vector importante para el autor es que en 1923 Edward L. Bernays da la primera cátedra de relaciones públicas en la Universidad de New York, de esto modo se abre el camino en la enseña de esta disciplina.
El inicio de la madurez de la actividad fue la utilización de ciertas técnicas del presidente Franklin Delano Roosevelt en 1929, donde existía un excesivo factor de producción y el mínimo consumo. Gracias a su buena visión, Roosevelt explotó los medios de comunicaron masiva, en especial, a la radio, enfatizando la importancia de la prensa y descubriendo que no se puede imponer algo al público, sino que había que armonizar con él.
Con el acontecimiento de la Segunda Guerra Mundial, las relaciones públicas pasaron a ser una actividad respetada y ansiada. A la radio de Roosevelt se había unido otro medio explotable en las relaciones públicas: el cine.
El autor menciona que existió una reconversión industrial que significaría para el grupo de la industria norteamericana un serio problema comunicacional y comercial. Es por ello que se introdujo la publicidad institucional o corporativa ejerciéndose una acción de RR.PP, conectado con la imagen y la opinión que tuviesen el gran público de organizaciones privadas o gubernamentales.
Con “The Effects of Mass Communication” de Klapper, se niega terminantemente la omnipotencia de los medios y comunicaciones masivas, y con ello la vieja teoría de la aguja hipodérmica desaparece.
Su meta era la sobrevivencia y para ello debían crear una imagen que les permita dirigir al grupo y crear adeptos a quiénes liderar. Estos objetivos, tiene una actual cercanía con las relaciones públicas, pues las organizaciones no sólo buscan sobrevivir en el mercado, sino ser las líderes de éstos
A Estados Unidos se le conoce como la cuna de las relaciones publicas porque fue ahí donde se dieron las primeras prácticas. Uno de los pioneros es Samuel Adams, a quién se recuerda por su campaña de mentalización a las colonias durante la lucha contra el poder británico. Adams plasmó en folletos, panfletos, mítines, clubes sus ideas y utilizó símbolos fáciles de comprender.
Otra persona que aportó al fututo de las bases teóricas y técnicas de las RR.PP fue Amos Kendall, consejero personal del presidente Andrew Jackson. Kendall impulsó las ruedas de prensa, ayudando al afianzamiento de la democracia.
Arceo Vacas menciona como fecha importante para la disciplina, el año 1889. En esta época, la firma “Westinghouse” crea el primer departamento de relaciones públicas, que marca el nacimiento de la actividad en el mundo.
Otro aspecto relevante en los antecedentes de las RR.PP es la presencia de los “press agent” o agentes de prensa, quiénes de encargaban y se encargan de difundir la noticia. El pionero fue el empresario y director de circo Phileas Taylor Barnum, quién impulsara el anuncio periodístico referido al espectáculo.
Pero quien deja trazadas las mejores esencias de esta actividad por su vida profesional es Ivy Ledbetter Lee, quien por su filosofía y práctica de las relaciones públicas se convierte en el revolucionario de esta disciplina.
Ivy Lee, periodista del Wall Street, propone el manejo abierto de la información con el lema “el público debe ser informado” el cual en nuestros días ya es toda un teoría, que le público tiene el derecho de ser informado sin trabas.
El tiempo transcurría y las relaciones públicas se fueron expandiendo poco a poco, asociaciones de diversos tipos fueron tomando conciencia de las relaciones públicas. Fue el gobierno de Wilson que estalló la Primera Guerra Mundial y el régimen estadounidense se vio obligado a educar y movilizar al pueblo en favor del conflicto bélico. Es por ello que se creó “Comitte on Public Information”, con este comité las relaciones publicas dejaron demostrado que con un grupo humano adecuado, un presupuesto acorde a los objetivos y el tiempo suficiente para realizarlos no sólo se puede defender una causa sino que también se puede crear una opinión.
Otro vector importante para el autor es que en 1923 Edward L. Bernays da la primera cátedra de relaciones públicas en la Universidad de New York, de esto modo se abre el camino en la enseña de esta disciplina.
El inicio de la madurez de la actividad fue la utilización de ciertas técnicas del presidente Franklin Delano Roosevelt en 1929, donde existía un excesivo factor de producción y el mínimo consumo. Gracias a su buena visión, Roosevelt explotó los medios de comunicaron masiva, en especial, a la radio, enfatizando la importancia de la prensa y descubriendo que no se puede imponer algo al público, sino que había que armonizar con él.
Con el acontecimiento de la Segunda Guerra Mundial, las relaciones públicas pasaron a ser una actividad respetada y ansiada. A la radio de Roosevelt se había unido otro medio explotable en las relaciones públicas: el cine.
El autor menciona que existió una reconversión industrial que significaría para el grupo de la industria norteamericana un serio problema comunicacional y comercial. Es por ello que se introdujo la publicidad institucional o corporativa ejerciéndose una acción de RR.PP, conectado con la imagen y la opinión que tuviesen el gran público de organizaciones privadas o gubernamentales.
Con “The Effects of Mass Communication” de Klapper, se niega terminantemente la omnipotencia de los medios y comunicaciones masivas, y con ello la vieja teoría de la aguja hipodérmica desaparece.